

Rooibos Mousse de Chocolate Frambuesa
Rooibos significa arbusto rojo en lengua afrikáans. De la familia de las leguminosas, únicamente crece en Sudáfrica. De sabor dulce y afrutado, no contiene cafeína. Posee un rico y variado contenido en minerales, de donde se derivan gran parte de sus beneficios.
En el enorme mundo de los tés y las infusiones, el rooibos es uno de los más consumidos, que ofrece múltiples beneficios para la salud, ya que además de estar totalmente libre de cafeína, tiene un sabor delicioso.
El rooibos procede de la planta “Aspalathus linearis” con múltiples propiedades medicinales, originario de Sudáfrica.
Se obtiene a través de la fermentación de las hojas de la planta, que es lo que le otorga su característico color rojo, aunque también está disponible como verde, destacando por un sabor mucho más suave.
Rico en nutrientes, estas son algunas de las principales vitaminas y minerales del rooibos:
El poder antioxidante de la aspalathina
El rooibos es la única fuente conocida a día de hoy de aspalathina, una sustancia que la planta produce como mecanismo de protección y que cuenta con propiedades que han intrigado al mundo científico. Muchos de los beneficios del rooibos tienen que ver con este peculiar elemento. La aspalathina es un flavonoide con potentes efectos antioxidantes. Hasta el momento, se han identificado las propiedades de la aspalathina para reducir la producción excesiva de grasa, equilibrar el azúcar en la sangre, mejorar la absorción de glucosa en el músculo y aumentar la secreción de insulina en el páncreas.
Uno de sus principales beneficios es que el rooibos está totalmente libre de cafeína, siendo altamente recomendable para personas que padecen insomnio, ya que además tiene propiedades relajantes que ayudan a conciliar el sueño.
El rooibos es rico en polifenoles, unas sustancias con propiedades antiinflamatorias, antivirales y antimutagénicas, que además tiene un gran efecto antioxidante en el organismo, combatiendo el efecto de los radicales libres en el cuerpo.
El rooibos previene la tensión arterial, lo que ayuda a aliviar el estrés y otros problemas como la ansiedad, depresiones, fatigas, etc., ya que actúa como un broncodilatador.
Dado que es rico en calcio, manganeso, flúor y minerales, el rooibos aumenta la densidad ósea, mejorando la salud de los huesos y los dientes de la boca.
La quercetina, uno de sus antioxidantes, hace que el rooibos mejore la salud cardíaca y prevenga posibles afecciones, ya que actúa como sustancia antiinflamatoria natural, reduciendo la presión arterial, combatiendo los radicales libres, reduciendo el colesterol malo y aumentando el bueno.
Los rooibos previenen y ayudan a controlar la diabetes, gracias a la cantidad de aspalathina, un antioxidante que equilibra el azúcar en sangre, mejora la resistencia de la insulina y favorece la absorción de glucosa.
El rooibos cuenta con propiedades antiespasmódicas que previenen los espasmos, así como los dolores abdominales y calambres estomacales, reduciendo además la presencia de hiperactividad en el tracto gastrointestinal.
La alta cantidad de alfahidroxiácido y zinc hace que el rooibos cuide la piel, previniendo el acné, aparición de espinillas, quemaduras y afecciones cutáneas. Además, retarda la aparición de arrugas y otros signos de envejecimiento prematuro como las patas de gallo, revitalizando la piel de manera muy eficaz.
Lo ideal es tomar el rooibos a modo de infusión, mezclándolo con agua muy caliente, y dejándolo reposar durante unos cinco minutos aproximadamente para aprovechar todas sus propiedades beneficiosas. También se puede tomar a modo de bebida refrescante, introduciendo la infusión en la nevera o incorporando hielo.
Los expertos recomiendan tomar dos tazas de rooibos diarias, una por la mañana y otra por la noche. También es muy beneficiosa después de hacer deporte, ya que es una bebida muy hidratante, con un efecto similar al de una bebida isotónica.
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