Aunque una parte minoritaria de la comunidad científica aún se muestra escéptica sobre las propiedades saludables de la planta camellia sinensis, es decir, del té, la gran mayoría las reconoce. No en vano, estamos hablando de una planta que tiene más de 5.000 años de historia y sobre la que se han llevado a cabo innumerables estudios. Tales estudios, aunque algo tardíos en occidente, los han realizado personalidades científicas pertenecientes a los países productores o a los grandes consumidores y en idiomas diferentes del castellano. En el año 2006, la Universidad de Granada creó un departamento con cinco especialistas para el estudio de las propiedades del té verde en particular y se pusieron en contacto con nosotros, Granada Tea Company, para asesorarlos y proveerlos de las muestras oportunas, lo que así hicimos. Lamentablemente, la crisis económica posterior dejó el proyecto sin recursos y lo finiquitó.
Pero volviendo a las propiedades del té, podemos decir que las variedades más empleadas para su estudio e investigación, en un principio, fueron los tés verdes, en las que entraría el té blanco por supuesto, ya que se trata de un té verde de propiedades especiales y los famosos tés Rojos Pu Erh, de fermentación singular. Otras variedades como los semifermentados y los tés negros o fermentados, participarían de las mismas propiedades pero con algunas variaciones y matices. Los semifermentados u Oolong, dependiendo del grado de fermentación, pueden considerarse prácticamente verdes o, en su caso, negros. Incluso hay algunos fermentados First Flush, primera cosecha, que por su aspecto pueden pasar por verdes a los ojos de un profano, en el caso de los Darjeeling, al tener una hoja tan particular y delicada que mantienen una coloración verdosa, en hoja e infusión, incluso después del proceso de fermentación.
Pues bien, entre las propiedades estudiadas y más destacadas del té, encontramos las relacionadas con sus diferentes componentes químicos. Entre los más importantes tenemos los taninos que contienen los polifenoles y flavonoles que pertenecen a los compuestos orgánicos de las series aromáticas. La investigación sobre los polifenoles es muy activa en la actualidad. Y lo que se ha demostrado es que la calidad de la hoja de té está muy relacionada con la presencia de estas sustancias. Del 12 % de la primera hoja, bajando al 5 % en la cuarta hoja.
En segundo término, tenemos a la teína que, como se ha demostrado, se trata del mismo alcaloide que la cafeína presente en el café, la cola y el mate. Es sin duda uno de los componentes más familiares por sus virtudes estimulantes. Al igual que ocurre con los taninos, las primeras hojas son las que más concentración presentan. Del 3,5 % de la primera hoja al 1,5 % de la quinta hoja.
El té contiene más de doscientos componentes químicos y orgánicos, con abundantes vitaminas y minerales, de ahí que su consumo proporcione tantos elementos positivos para la salud.
Con la ingesta diaria de estas sustancias se aprecia que pueden reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como el cáncer, enfermedades cardiovasculares, artritis y diabetes. Más recientemente, las propiedades beneficiosas asociadas con el consumo diario de té verde son cada vez más reconocidas. Particularmente interesantes son los estudios que informan que el té verde reduce el riesgo de cáncer, que es la principal causa de mortalidad en todo el mundo.
El estímulo del sistema nervioso, por medio de la teína, produce un mayor desarrollo del centro intelectual y de la capacidad creadora.
En cuanto al probable poder adelgazante del té tenemos que referirnos, en particular, al Té Rojo Pu Erh. La Medicina Tradicional China lo considera, desde siempre, un gran diurético y quema grasas, además de reducir el colesterol malo. Igualmente, el té, en general, hay que considerarlo un gran adyuvante, es decir, que en colaboración con otras plantas quema grasas, gayuba, diente de león, cola de caballo, abedul, etc., ayuda a potenciar su efecto.
No obstante, podemos concluir que el consumo diario de té es, sin lugar a dudas, una costumbre muy saludable, sobre todo si elegimos tés originales, ya sean verdes, blancos, rojos pu erh, negros o semifermentados, a condición de que sean de una hoja de calidad.